La industria de otro tiempo
Hasta hace apenas unas décadas la Artesanía cubría con habilidad, imaginación y gestión total de los recursos las necesidades de los habitantes de El Hierro.
La madera suplía la escasez de barros, dotando al ajuar herreño de todo lo necesario, lo que en otras islas salía de los hornos, aquí lo hacia de los troncos de morales, sabinas o pino canario.
En una tierra de vida austera y dura, de marcado carácter pastoril, la habilidad de las tejedoras convirtió la lana del ganado en las vestimentas de lo cotidiano, ropas de cama, la manta del pastor, talegas y alforjas.
En las manos del artesano también hay un breve espacio para lo festivo, el inconfundible sonido de lo herreño con el majo y repique de las chácaras, o el latir del corazón de una isla en el cuero del tambor.